El Perdón desde la Cruz



"EL PERDÒN DESDE LA CRUZ"

Si usted ha empezado a leer este estudio, es necesario que tenga una Biblia en mano para corroborar todo lo que se enseña, ademàs de la vital necesidad de  orar en el Espìritu de Elohim (Dios)

Este estudio bìblico ha sido por gracia de Dios, porque sòlo Èl pone el querer como el hacer por su buena voluntad. Es su Ruaj HaKodesh, su Soplo, su Espìritu Santo el que nos enseña todas las cosas, basadas en Toràh.

Han sido muchas horas de bùsqueda, lectura y oraciòn para que este mensaje llegue a sus corazones. ¡La gloria sea para YAHWEH, nuestro bendito Elohim!. ¡Yeshua HaMashiaj es nuestro Helohim!. ¡Bendito sea su nombre!. ¡Amèn!.

Las palabras sublimes y excelsas del Señor Jesùs, desde la cruz, deberìan taladrarnos el corazòn. ¡Deberìan de entristecer nuestras vidas al punto de entender que nadie nos amò como Jesucristo, cuando nosotros merecìamos estar en esa cruz!.

¡Siendo Èl Perfecto, Santo y Justo, Dios lo tratò como nosotros debìamos ser tratados!.


" Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Y el pueblo estaba mirando; y aun los gobernantes se burlaban de él, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo, si éste es el Cristo, el escogido de Dios.
Los soldados también le escarnecían, acercándose y presentándole vinagre,
 y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo" (Lucas 23:33-37)


"LAS ÙLTIMAS PALABRAS DE UNA PERSONA, ANTES DE MORIR, PUEDEN SER MUY REVELADORAS..."
Las ùltimas palabras de una persona, antes de morir, pueden ser muy reveladoras, porque tales palabras demuestran lo que realmente hay en el corazòn y en la mente de esa persona.

Por ejemplo, el gran dictador ruso Josè Stalin dijo, en su lecho de muerte: "¡Oigo lobos alrededor de mì!".

Napoleon Bonaparte, el gran conquistador francès, dijo: "¿Dònde està el jefe del ejèrcito?".

El amado hermano y predicador Charles Spurgeon dijo: "Jesùs muriò en mi lugar".

Tomàs Edison, el inventor de la làmpara de filamento, dijo: "Es muy bonito todo allà".

Leonardo Da Vinci, el famoso pintor, cientìfico, filòsofo... del siglo XV, expresò: "He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi trabajo no tuvo la calidad que debìa haber tenido".

Neròn, el emperador cruel y despiadado que culpò a los cristianos de "quemar Roma", dijo: "Es  muy tarde. Esto es la fidelidad".

Santo Tomàs de Aquino, el teòlogo y filòsofo catòlico del siglo XIII,  dijo: "Todo es de paja".

Calìgula, otro emperador romano,  dijo: "¡Vivo!"

Frank Sinatra, el famoso cantante del siglo 20, dijo: "Estoy perdiendo"


"¡EL REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES, DIJO LAS PALABRAS MÀS EXCELSAS, MÀS PROFUNDAS Y LLENAS DE VERDADES ESPIRITUALES COLGADO DE ESE MADERO!".

¡El Rey de reyes y Señor de señores, dijo las palabras màs excelsas, màs profundas y llenas de verdades espirituales colgado de ese madero!. Puesto que Jesùs es la Verdad personificada, nosotros debemos prestar atenciòn a cada palabra que salieron de sus benditos y santos labios.

 El Señor Jesùs convirtiò esa cruz en un trono y expresò palabras eminentes y de elevaciòn extraordinaria.

Las ùltimas palabras de Yahshua son importantìsimas, primero porque Èl las hablò y segundo, por el lugar de dònde las hablò: En la cruz, donde realizaba la obra màs grande en este mundo.

¡En su dolor, tortura y agonìa, cuando Jesùs morìa por tus pecados, por mis pecados y por los pecados de todo el mundo, expresò desde lo màs profundo de su alma:

"...Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes" (Lucas 23:34, Reina Valera 1.960)

"...perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos" (Lucas 23:34, La Biblia de las Amèricas)

"...«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Y los soldados sortearon su ropa, tirando los dados" (Lucas 23:34, Nueva Traducciòn Viviente)

"...perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Mientras tanto, echaban suertes para repartirse entre sí la ropa de Jesús" (Lucas 23:34, Nueva Versiòn Internacional)

"...«¡Padre, perdona a toda esta gente! ¡Ellos no saben lo que hacen!»
Mientras los soldados hacían un sorteo para ver quién de ellos se quedaría con la ropa de Jesús" (Lucas 23:34, Traducciòn en Lenguaje Actual)

Estas palabras, como rayos de luz en una habitaciòn oscura, nos permiten conocer el corazòn de amor de nuestro bendito Señor y Salvador Jesucristo.

"EL SEÑOR JESÙS DEBÌA CUMPLIR CON LO QUE ÈL MISMO ENSEÑABA, PARA SER ÌNTEGRO COMO SU PADRE CELESTIAL".

El Señor Jesucristo debìa cumplir con lo que Èl mismo enseñaba, para ser ìntegro como su Padre Celestial.
La palabra "ìntegro" proviene del hebreo "sha-lem", que se tradujo al griego como "teleios" y significa "perfecto, bondadoso y excelente, completo".
Otra traducciòn serìa "Todo lo que Èl es (Dios), piensa y hace tiene ese caràcter de perfecciòn".


"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
 y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
 y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mateo 5:38-48)


"Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.
 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación" (Romanos 5:6-11)


" Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. Y decía esto dando a entender de qué muerte iba a morir" (Juan 12:32-33)


"Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
 Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
 edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
 en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;
en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu" (Efesios 2:11-22)


"... por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado
 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él;
si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro" (Colosenses 1:19-23)


ESCUDRIÑEMOS NUESTROS CAMINOS:

" Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie" (Gàlatas 6:4, Nueva Versiòn Internacional)

"POR LADUREZA DE NUESTRO CORAZÒN, MUCHAS VECES ES DIFÌCIL PERDONAR A LAS PERSONAS PORQUE PENSAMOS QUE ES MÀS FÀCIL MANTENER UN ESPÌRITU DE AMARGURA Y DE RENCOR QUE HUMILLARNOS ANTE AQUELLOS QUE NOS LASTIMARON".

Por la dureza del corazòn, es difìcil perdonar a las personas ya que pensamos que es màs fàcil mantener un espìritu de amargura y de rencor que humillarnos ante aquellos que nos lastimaron. ¡Esta postura de orgullo humano va totalmente en contra de lo que la Biblia nos enseña acerca del perdòn!.

¿Cuàntos de nosotros nos hemos sentidos lastimados, no queriendo, en nuestro corazòn, olvidar lo que otras personas nos hicieron?. ¿Cuàntas palabras hirientes, injusticias, maltratatos fìsicos, engaños, traiciones, deslealtades, desprecios, crìticas, ofensas... nos prohiben perdonar?. ¡Esta actitud, lo ùnico que hace, es abrir màs la brecha de nuestras heridas, hacièndonos màs daño!.


"Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados" (Hebreos 12:15)

"LA AMARGURA ES ALGO FUERTE Y PENSADO QUE PUNZA HASTA LO MÀS PROFUNDO DE NUESTRO CORAZÒN".

La "amargura" proviene de una palabra que significa "punzar". En el texto hebreo, significa "algo pensado". No obstante, en el texto griego, se relaciona a "algo fuerte". Podemos decir que "la amargura es algo fuerte y pensado que punza hasta lo màs profundo de nuestro corazòn".

La amargura es el resultado de sentimientos muy profundos, quizàs los màs profundos de la vida. Notemos que los cristianos nos sentimos culpables cuando pecamos nosotros, pero no nos sentimos tan asì cuando es otro quien peca contra nosotros. ¡La percepciòn de ser victimas nos prohibe ver con claridad la situaciòn y no sentimos la culpa que deberìamos!. Este pecado es muy fàcil de justificar.

Durante la celebración de la pascua, los israelitas comían hierbas amargas. Cuando un huerto era invadido por estas hierbas amargas, no se lo podía limpiar simplemente cortando la parte superior de las plantas. Cada pedazo de raíz debía extraerse por completo, ya que de cada pequeña raíz aparecerían nuevos brotes. El hecho de que las raíces no se vean no significa que no existan. Allí, bajo tierra, germinan, se nutren, crecen, los brotes salen a la superficie y no en un solo lugar, sino en muchos.

Algunas raíces silvestres son casi imposibles de controlar, si al principio uno no las corta por lo sano. El escritor de Hebreos advierte que la amargura puede quedar bajo la superficie, alimentándose y multiplicándose, pero saldrá a la luz cuando uno menos lo espera.

Aun cuando la persona ofendida y amargada enfrente su pecado de la manera prescrita por Dios, no necesariamente termina el problema de la contaminación. Los compañeros han tomado sobre sí la ofensa y posiblemente se irriten con su amigo cuando ya no esté amargado.

El pecado de la amargura es contagioso. Si no se detiene a tiempo, puede llegar a contaminar a muchos en una congregaciòn cristiana.

El pecado de amargura hace que perdamos percepciòn y que no podamos pensar con claridad...

 "Se llenó de amargura mi alma,
Y en mi corazón sentía punzadas.
Tan torpe era yo, que no entendía;
Era como una bestia delante de ti" (Salmos 73:21-22)


Notemos que Job dijo en su amargura...

"¿Te parece bien que oprimas,
Que deseches la obra de tus manos,
Y que favorezcas los designios de los impíos?" (Job 10:3)

"Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo;
Despreciaría mi vida" (Job 9:21)

"Está mi alma hastiada de mi vida;
    Daré libre curso a mi queja,
    Hablaré con amargura de mi alma" (Job 10:1)


Es por esto que Dios nos advierte... "Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo" (Efesios 4:26), "...porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar"(1 de Pedro 5:8) y de esta manera "...Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones"  (2 de Corintios 2:11).

HERMANOS, DIOS NOS MUESTRA SU AMOR POR EL GRADO DE SACRIFICIO QUE HIZO AL ENVIAR A SU HIJO A MORIR EN NUESTRO LUGAR.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16)

DIOS MUESTRA SU AMOR PARA CON NOSOTROS AL REVELARNOS EL ESTADO DE BAJEZA HUMANA Y PECADORA EN QUE ESTÀBAMOS CUANDO ÈL NOS SALVÒ.

"Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios -por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida" (Romanos 5:8-10)

NOSOTROS NO PODEMOS PERDONAR PECADOS, PORQUE ESA ES UNA PRERROGATIVA DE DIOS. PERO NOSOTROS SÌ PODEMOS  PERDONAR A OTROS.
HERMANOS AMADOS, ESTO QUIERE DECIR QUE, CUANDO NOSOTROS PERDONAMOS, LIBRAMOS NUESTRO CORAZÒN DEL RENCOR. CUANDO NOSOTROS PERDONAMOS, ESTAMOS DICIENDO "NO TENGO NADA CONTRA TI".

¡Presten atenciòn!. Cuando el Señor Jesucristo colgaba en la cruz, con su cuerpo destruìdo por los latigazos, sus manos y pies desgarrados por los clavos... se dirigiò siempre a su Padre Celestial...

" Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes" (Lucas 23:34)

"Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?" (Mateo 27:46)

"Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró" (Lucas 23:46)


¡Al principio de sus sufrimientos, en medio de sus sufrimientos y al final de sus sufrimientos, Cristo mantuvo una comuniòn con Yahweh, su Padre Celestial!.

¡Es asì como sus hijos debemos seguir sus pasos y de esta manera, poder cumplir con el perdòn a otros con Su amor sobrenatural!


"Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él.
 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo" (1 de Juan 2:3-6)

"y la esperanza no averg:uenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" (Romamos 5:5)


"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (1 de Corintios 13:4-7)


Muchas personas que conocen de Cristo han dicho (como seguro muchos de nosotros muchas veces): "No puedo orar a Dios por còmo la vida me ha tratado... A veces pienso que Dios no me escucha".

¡Sin embargo, dejando la autolàstima y la autocompasiòn que encierran orgullo y soberbia, fìjemonos còmo la gente tratò a Yeshua, nuestro amado Dios y Salvador!. Los lìderes religiosos le rechazaron y pidieron su crucifixiòn, sus propios discìpulos lo abandonaron y huyeron, uno que estuvo tres años y medio junto a Èl, llamado Judàs Iscariote, lo traicionò por 30 sucias monedas de plata, sufriò 6 juicios injustos, fue golpeado y burlado por soldados romanos (que eran expertos en la tortura, sanguinarios... ).


HERMANOS, A CONTINUACIÒN VOY A DETALLAR LO QUE NUESTRO SEÑOR JESÙS PADECIÒ ANTES Y DURANTE LA CRUCIFIXIÒN, DESDE UNA PERPESTIVA MÈDICA.  ¡EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO QUE ÈL PADECIÒ,  NOSOTROS NUNCA LOS PADECEREMOS!.
¡LE PIDO A YAHWÈH, QUE SU ESPÌRITU SANTO NOS HAGA DOLER EL CORAZÒN, PARA QUE SINTAMOS ARREPENTIMIENTO DE NUESTROS PECADOS!. ¡JESÙS DIO SU VIDA POR TUS PECADOS Y POR MIS PECADOS!. ¡¿ CÒMO NO AMAR AL QUE DIO SU VIDA DE TAL MANERA POR NOSOTROS?!.


"Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre"  (Filipenses 2:5-11)


"Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo tanto en el país de los judíos como en Jerusalén; pero ellos también lo eliminaron colgándolo en un madero" (Hechos 10:39)


"Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero" (Gàlatas 3:13)


"Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
"Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación,
 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas,
para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz,
 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades"  (Efesiòs 2:11-16)


"...y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz" (Colosenses 1:20)


"...anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz" (Efesios 2:15)


"...y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz" (Colosenses 2:14-15)


Hoy en día, con base a los conocimientos de la Fisiopatología, se puede llegar a inferir los cambios fisiológicos padecidos por Jesucristo durante su pasión y muerte. Los relatos bíblicos de la crucifixión descritos a través de los evangelios y la documentación científica al respecto, describen que  JESUCRISTO PADECIÒ Y SUFRIÒ EL MÀS CRUEL DE LOS CASTIGOS. ¡El más inhumano y despiadado de los tratos que puede recibir un ser humano!.

Históricamente, este acontecimiento se inicia durante la celebración de la pascua judía, en el año 30 de nuestra era. La última cena se realizó el jueves 6 de abril (nisan 13). La crucifixión se llevo a cabo el 7 de abril (nisan 14). Los años del nacimiento y la muerte de Jesús permanecen en controversia. Para el cristiano que no sepa deHistoria, Jesùs no naciò un 25 de diciembre, aunque la palabra Navidad es bìblica (Natividad) y significa "nacimiento que da vida". La iglesia Catòlica Romana hizo sincretismo del dios Sol Tammuz con la persona de Jesùs, es decir, mezclò a este dios con el verdadero Dios. El nacimiento del 25 de diciembre le pertenece al dios Tammuz y no a Jesùs.

La oraciòn en el Getsemanì:

"Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron.
Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.
Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,
 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.
Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra" (Lucas 22:39-44)


Getsemanì:  La palabra "Getsemanì" es aramea y significa "prensa de aceite". ¡Esto es en alusiòn a lo que Cristo padecerìa!.

Los escritores sagrados describen la oración de GETSEMANÌ con enérgicas expresiones. Lo vivido por Jesús antes de ser tomado como prisionero, lo refieren como una mezcla indecible de tristeza, de espanto, de tedio y de flaqueza. Esto expresa una pena moral que ha llegado al mayor grado de su intensidad.
 ¡Fue tal el grado de sufrimiento moral que presentó como manifestación somática, física; sudor de sangre (hematihidrosis o hemohidrosis)!. Parece ser que la ansiedad severa, hace provocar una secreción de químicos que rompen los vasos capilares en las glándulas sudoríparas. Por tal condición, se presenta una cantidad de sangrado en las glándulas y el sudor sale mezclado con sangre. Esto provoca que la piel quede frágil de modo que cuando Jesús fue flagelado, su piel ya estaba muy sensible.


"Y el sumo sacerdote preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina.
Jesús le respondió: Yo públicamente he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.
¿Por qué me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote?
Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien, ¿por qué me golpeas?
Anás entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote" (Juan 18:19-24)


"Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.
Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ése es; prendedle.
Y en seguida se acercó a Jesús y dijo: ¡Salve, Maestro! Y le besó.
Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.
Pero uno de los que estaban con Jesús, extendiendo la mano, sacó su espada, e hiriendo a un siervo del sumo sacerdote, le quitó la oreja.
Entonces Jesús le dijo: Vuelve tu espada a su lugar; porque todos los que tomen espada, a espada perecerán.
¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?
¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?
En aquella hora dijo Jesús a la gente: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y con palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.
Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron.
Los que prendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos.
Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se sentó con los alguaciles, para ver el fin.
Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte,
y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban. Pero al fin vinieron dos testigos falsos,
que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo.
Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.
Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.
¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!
Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban,
diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó." (Mateo 26:46-68)



LOS JUICIOS:

Juicios Judíos: Poco después de la medianoche, Jesús fue arrestado en el Getsemaní por los guardias del templo y fue llevado primeramente ante Anàs y luego ante Caifás, el sumo sacerdote judío de ese año. Entre la una de la mañana y el amanecer, Jesús fue juzgado ante Caifás y el Sanedrín político y fue hallado culpable de blasfemia. Luego los guardias lo vendaron, le escupieron y le pegaron en el rostro con sus puños. Poco después del amanecer, presumiblemente en el templo, Jesús fue juzgado ante el Sanedrín religioso (fariseos y saduceos) y de nuevo fue hallado culpable de blasfemia, un crimen castigable con la muerte.

 ¡TODOS ESTOS JUICIOS FUERON CON MENTIRAS DE PARTE DE LOS RELIGIOSOS!. ¡ERA TAN GRANDE EL ODIO, LA ENVIDIA Y LA IMPOTENCIA DE ESTOS CONTRA JESÙS, QUE NO LES IMPORTÒ ROMPER LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY!.


"Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana, y ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la pascua.
Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.
Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;
para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, dando a entender de qué muerte iba a morir.
Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
Pero vosotros tenéis la costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al Rey de los judíos?
Entonces todos dieron voces de nuevo, diciendo: No a éste, sino a Barrabás. Y Barrabás era ladrón" (Juan 18:28-40)


"Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea, preguntó si el hombre era galileo.
Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que en aquellos días también estaba en Jerusalén.
Herodes, viendo a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal.
Y le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió.
Y estaban los principales sacerdotes y los escribas acusándole con gran vehemencia.
Entonces Herodes con sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida; y volvió a enviarle a Pilato." (Lucas 23:6-11)


Juicios Romanos: Debido a que el permiso para una ejecución tenía que provenir de los romanos gobernantes, Jesús fue llevado temprano en la mañana por los guardias del templo al Pretorio de la Fortaleza Antonia, residencia y asiento de gobierno de Poncio Pilato, el procurador de Judea. Sin embargo, Jesús fue presentado a Pilato no como un blasfemo, sino como un rey autoproclamado que rechazaría la autoridad romana. ¡Pilato no presentó ningún cargo contra Èl y lo envió a Herodes Antipas, tetrarca de Judea!. Herodes tampoco presentó ninguna acusación oficial y lo devolvió a Pilato. De nuevo Pilato no pudo encontrar base alguna para un cargo legal contra Jesús, pero la gente demandaba la crucifixión con persistencia. Pilato finalmente cedió a su demanda y entregó a Jesús para ser flagelado y crucificado. 

"Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale!. El les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré.
Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron.
Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían" (Lucas 23:20-24)


"LAS FLAGELACIONES ROMANAS ERAN CONOCIDAS POR SER TERRÌBLEMENTE BRUTALES..."

 Las flagelaciones romanas eran conocidas por ser terrìblemente brutales, ya que de una manera general consistían en treinta y nueve latigazos. A la víctima le desnudaban la parte superior del cuerpo, la sujetaban a un pilar poco elevado y con la espalda encorvada, descargaban los golpes, con todas sus fuerzas y sin compasión ni  misericordia alguna.

El instrumento usual era un azote corto (flagrum o flagellum) con varias cuerdas o correas de cuero, a las cuales se ataban pequeñas bolas de hierro o trocitos de huesos de ovejas a varios intervalos.
Cuando los soldados azotaban repetidamente y con todas sus fuerzas las espaldas de su víctima, las bolas de hierro causaban profundas contusiones y hematomas. Las cuerdas de cuero con los huesos de oveja, desgarraban la piel y el tejido celular subcutáneo .
La espina dorsal quedaba expuesta, ya que la espalda terminaba desgarrada debido a cortes profundos. Los hombros recibían los latigazos, que pasaban por el nivel de la espalda, las nalgas y las piernas. Durante el lapso que duraba la flagelación, las laceraciones alcanzaban hasta los músculos y generaban temblores de carne sangrante. En esta condición, las partes internas quedaban al aire, conjuntamente con los músculos, tendones y las entrañas. Hay que tener en cuenta que la hematidrosis había dejado la piel muy sensible en Jesús.

El cuerpo de la víctima podía experimentar un dolor tan grande que terminaría con una conmoción hipovulémica. Es decir, la persona sufrìa efectos de pérdida de gran cantidad de sangre, su corazón se aceleraba para tratar de bombear sangre que no existe. La baja de presión sanguínea provoca, en estas circunstancias, un desmayo o colapso con la consabida afección de los riñones, que dejan de producir orina para mantener el volumen restante y la  persona comienza a sentirse sedienta porque el cuerpo ansía fluidos para reponer el volumen de sangre perdido.


Después de la flagelación, los soldados solían burlarse de sus víctimas. A Jesús le fue colocada sobre su cabeza, como emblema irónico de su realeza, una corona de espinas. En Palestina, abundan los arbustos espinosos que pudieron servir para este fin, se utilizó el Zizyphus o Azufaifo, llamado Spina Christi , de espinas agudas, largas y corvas.
Le fue colocada una túnica sobre sus hombros (un viejo manto de soldado, que figuraba la púrpura de que se revestían los reyes "clámide escarlata") y una caña, parecida al junco de Chipre y de España, como cetro en su mano derecha.


"Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
 "Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura" (Juan 19:1-2)


 "...y le decían: !!Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.
 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él.
 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: !!He aquí el hombre!
Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: !!Crucifícale! !!Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo.
Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?
 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.
 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.
Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: !!He aquí vuestro Rey!
Pero ellos gritaron: !!Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.
Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron" (Juan 19:3-16)


En la ruta del Calvario: Sabemos que a estas alturas, Jesús se hallaba en una situación y/o condición hipovólemica conforme ascendía por la pendiente hacia el Calvario, con la cruz a cuestas. Tambaleante, Jesús se desplomó y un soldado romano le ordeno a Simón que llevara la cruz por él.
Màs tarde, Jesús dice “Tengo sed” y en ese momento se le ofrece un trago de vinagre.
Se acostumbraba obligar al hombre condenado a cargar su propia cruz desde el poste de flagelación al lugar de la crucifixión, fuera de los muros de la ciudad. Este usualmente iba desnudo, a menos que fuera prohibido por las costumbres locales.
Debido a que la cruz pesaba más de 300 libras (136 kilos), sòlo se llevaba el travesaño. El patíbulum, que pesaba entre 75 y 125 libras (34 a 57 kilos), era colocado sobre la nuca de la víctima y se balanceaba sobre sus dos hombros. Usualmente se ataban los brazos extendidos al travesaño. La procesión al lugar de la crucifixión era precedida por una guardia romana completa, comandada por un centurión. Uno de los soldados cargaba un letrero (titulus) en el cual se exhibía el nombre y el crimen del condenado. Más adelante, el titulus sería colocado sobre la cruz. La guardia romana no dejaría a la víctima hasta estar segura de su muerte.


"Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota" (Juan 19:17)


 "Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz.
Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera,
le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo" (Mateo 27:32-34)


EL INSTANTE DE LA CRUCIFIXIÒN:

El final de Jesús fue todavía peor que la crucifixión común. En aquella época, no a todos los criminales condenados se los clavaba en la cruz. Muchos más bien eran amarrados. Jesús fue acostado y clavaron sus manos en posición abierta en el madero horizontal, que era conocida con el nombre de patibulum. El madero vertical estaba clavado al suelo de forma permanente.

Antes de comenzar el suplicio de la crucifixión, era costumbre dar una bebida narcótica (vino con mirra e incienso) a los condenados; con el fin de mitigar un poco sus dolores. Cuando presentaron a Jesús este brebaje, no quiso beberlo. ¡El Señor debìa sufrir todo el peso de nuestros pecados, no quiso ser anesteciado; quiso sufrir lo que nosotros debìamos sufrir por pecadores!.


Los romanos usaban clavos que eran de entre trece a dieciocho centímetros de largo, afilados en una punta aguda y se clavaban por las muñecas. El nervio mediano era atravesado. Este nervio es el mayor que sale de la mano y quedaba triturado por el clavo que lo martillaba. Este dolor es similar al que uno siente cuando se golpea accidentalmente el codo y se da en ese huesito (en el nervio llamado cúbito), pero ahora imagine tomar un par de pinzas y presionar hasta triturar ese nervio. ¡Ese dolor es similar al que Jesús experimentó!.
Al romper ese tendón y por tener sus muñecas clavadas, Jesús fue obligando a forzar todos los músculos de su espalda para poder respirar. ¡El dolor era tan insoportable que literalmente no existían palabras para describirlo!. Se tuvo que inventar una nueva palabra llamada “excruciante” (que significa “de la cruz”) para describir semejante dolor.

    Los pies eran fijados al frente del estípete por medio de un clavo de hierro, clavado a través del primero o segundo espacio intermetatarsiano. El nervio profundo peroneo y ramificaciones de los nervios medianos y laterales de la planta del pie fueron heridos. Debemos tener en cuenta y saber que los nervios de los pies fueron triturados y eso debe haber causado un dolor similar al de las muñecas.

En el instante de estar en posición vertical, sus brazos se estiraron brusca e intensamente, quizás unos 15 centímetros de largo y ambos hombros deben de haberse dislocado (tome en cuenta sólo “la gravedad” para sacar su conclusión).

El Salmo 22:14 dice  “...dislocados están todos mis huesos”.


Un escritor, llamado "San Melitòn de Sarde, obispo del siglo 2, escribiò acerca de la crucifixiòn: “Los padecimientos físicos ya tan violentos al hincar los clavos, en órganos por extremo sensibles y delicados, se hacían aun más intensos por el peso del cuerpo suspendido de los clavos, por la forzada inmovilidad del paciente, por la intensa fiebre que sobrevenía, por la ardiente sed producida por esta fiebre, por las convulsiones y espasmos y también por las moscas que la sangre y las llagas atraían”.


Cuando la persona está colgada en posición vertical, la muerte es lenta, muy dolorosa y terriblemente agonizante por asfixia, debido a que la presión ejercida en los músculos pone el pecho en la posición de inhalación. Para poder exhalar, en principio, el individuo debía apoyarse en sus pies (que para este instante estaban fijos con clavos al madero) para que los músculos tensionados se alivien por un instante al menos. Cuando esto se hacía, el clavo desgarraba el pie hasta que quedaba fijado (incrustado) en los huesos tarsianos.

Después de este enorme esfuerzo para exhalar, la persona podría relajarse en cierta forma y descender para intentar inhalar otro bocado de aire. Este drama lo repetiría mientras tuviera vida para exhalar, magullando su lacerada espalda en forma reiterada contra el áspero madero de la cruz, hasta que ya no pudiese y entonces moría. ¡Jesús soportó este “sobrevivir” por más de tres horas!.

Una persona, a medida que reduce el ritmo respiratorio, pasa a una etapa que se conoce con el nombre de acidosis respiratoria: el dióxido de carbono de la sangre se diluye como ácido carbónico lo que causa un aumento de acidez de la sangre. Esta situación conlleva en cuestión de un corto período a un pulso irregular. Esto causaba un paro cardìaco en los crucificados.

Otra explicaciòn,es sobre el  efecto principal de la crucifixión, aparte del tremendo dolor que presentaba en sus brazos y piernas, era la marcada interferencia con la respiración normal, particularmente en la exhalación. El peso del cuerpo jalado hacia abajo, con los brazos y hombros extendidos, tendían a fijar los músculos intercostales a un estado de inhalación y por consiguiente afectando la exhalación pasiva. De esta manera, la exhalación era primeramente diafragmàtica y la respiración muy leve. Esta forma de respiración no era suficiente y pronto produciría retención de CO2 (hipercapnia).

Una exhalación adecuada requería que se incorporara el cuerpo empujándolo hacia arriba con los pies y flexionando los codos, aductando los hombros. Esta maniobra colocaría el peso total del cuerpo en los tarsales y causaría tremendo dolor. Más aún, la flexión de los codos causaría rotación en las muñecas en torno a los clavos de hierro y provocaría enorme dolor a través de los nervios laceradas. El levantar el cuerpo rasparía dolorosamente la espalda contra la estípe. Como resultado de eso, cada esfuerzo de respiración se volvería agonizante y fatigoso, eventualmente llevaría a la asfixia y finalmente a su fallecimiento.


"Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
Y sentados le guardaban allí.
Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.
Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,
y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.
 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían:
A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.
Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.
 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.
 Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber.
 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.
Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu" (Mateo 27:35-50)


¡SIN EMBARGO, JESÙS NO MURIÒ POR DESANGRAMIENTO, NI POR UN PARO CARDÌACO, NI POR ASFIXIA; JESÙS MURIÒ DE DOLOR MORAL!. ¡SE LE EXPLOTÒ EL CORAZÒN LITERALMENTE, POR LA AUSENCIA DE DIOS EN SU VIDA!.

¡EL SEÑOR JESÙS, AL LLEVAR TODOS LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD EN SU CUERPO, EN EL MOMENTO DE LA CRUZ, SE HIZO MALDICIÒN Y DIOS LE ABANDONÒ!. ¡SIENDO JUSTO Y SANTO, RECIBIÒ EL MERECIDO QUE TODOS NOSOTROS DEBÌAMOS SUFRIR, PORQUE NOS AMÒ SIN CONDICIONES!.

¡NUESTRO SEÑOR JESÙS MURIÒ DE DOLOR MORAL, POR LA AUSENCIA DE SU PADRE!. ¡ÈL LLEVÒ TODOS NUESTROS PECADOS EN SU CUERPO, SIENDO PERFECTO, SANTO Y JUSTO!.


Era costumbre de los romanos que los cuerpos de los crucificados permaneciesen largas horas pendientes de la cruz; a veces hasta que entraban en putrefacción o las fieras y las aves de rapiña los devoraban.
Por lo tanto, antes que Jesús muriese, los príncipes de los sacerdotes y sus colegas del Sanedrín pidieron a Pilato que, según la costumbre Romana, mandase rematar a los ajusticiados haciendo que se le quebrasen las piernas a golpes. Esta bárbara operación se llamaba en latín "crurifragium".
                Las piernas de los ladrones fueron quebradas, más al llegar a Jesús y observar que ya estaba muerto, renunciaron a golpearle.
Leemos, en el Nuevo Testamento, que los huesos de Jesús no fueron quebrados como sí ocurrió con los otros crucificados. Esto sucedió porque los soldados confirmaron que Jesús había muerto, pero uno de los soldados, para mayor seguridad, quiso darle lo que se llamaba el “golpe de gracia” y le traspaso el pecho con una lanza, atravesando el pulmón derecho y penetrando su corazón. Por ello, cuando se retiró la lanza, salió un fluido claro como el agua seguido de un gran volumen de sangre, conforme lo describe Juan, uno de los testigos presentes en su Evangelio.

"El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado" (Salmos 34:20)


"Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.
Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él.
Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.
 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.
Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.
Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.
 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron" (Juan 19:31-37)


En esta sangre y en esa agua que salieron del costado, los médicos han concluido que el pericardio (saco membranoso que envuelve el corazón) debió ser alcanzado por la lanza o que se pudo ocasionar perforación del ventrículo derecho o tal vez había un hemopericardio postraumático, o representaba fluido de pleura y pericardio, de donde habría procedido la efusión de sangre.


¡AL SEÑOR JESÙS SE LE EXPLOTÒ EL CORAZÒN DE DOLOR MORAL, POR LA AUSENCIA DEL PADRE!.


"He sido derramado como aguas,
Y todos mis huesos se descoyuntaron;
Mi corazón fue como cera,
Derritiéndose en medio de mis entrañas" (Salmos 22:14)


En el libro de Isaìas, capìtulo 53, se retrata perfectamente lo que acabamos de leer, en cuanto a Jesucristo...

"Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos" (Isaìas 53:2-11)

EN EL VERSÌCULO 12, SE CUMPLE, 700 AÑOS DESPUÈS, LA ORACIÒN DEL SEÑOR JESUCRISTO POR LOS PECADORES DESDE LA CRUZ...

"Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores" (Isaìas 53:12)


"...HABIENDO ÈL LLEVADO EL PECADO DE MUCHOS, Y ORADO POR LOS TRANSGRESORES".

"Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes" (Lucas 23:34)


"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos" (Mateo 5:17-19)


"Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.
 Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido.
Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará.
 Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía" (Lucas 18:31-34)


"Entonces él les dijo: !!Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían" (Lucas 24:25-27)


LE PIDO AL SEÑOR NOS ENSEÑE A PERDONAR COMO ÈL NOS PERDONÒ.

" Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores" (Mateo 6:12)

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" (Mateo 6:14-15)

"Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete" (Mateo 18:21-22)

" Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas" (Marcos 11:26)

"No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados" (Lucas 6:37)

"...soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros" (Colosenses 3:13)

"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad" (1 de Juan 1:9)

"Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre" (1 de Juan 2:12)

"Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Efesios 4:32)

Elohim les bendiga. Compartan este estudio, hermanos.
Hèctor Rubèn Lillo.




1 comentario:

  1. ¡Cuánto amor! simplemente incomparable el amor que tiene nuestro maestro, nuestro humilde carpintero, ¡padecer tanto por mí! la crucifixión es personal, es individual y eso la convierte para todos los que quieren creer que él es el Rey y Salvador. ¡Gracias Yeshua!

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